Una librería de Oporto cobra 3 euros sólo por entrar
Es un claro ejemplo de morir de éxito. La librería Lello & Irmao de Oporto recibe tantas visitas que ha tenido que cobrar la entrada para intentar evitar las aglomeraciones. Deja así de ser un local exclusivamente de cultura para convertirse en una atracción turística. Inaugurada en 1906, es para muchos (entre los que me encuentro) la librería más bella de Europa y puede que del mundo. Edificio neogótico con un interior no demasiado grande pero espectacular en el que domina una recargada escalera de caracol de doble tiro y doble orientación, con barandilla de madera, rematada por un techo de vidrieras, siempre ha sido un referente en esta ciudad del Duero, cien por cien cultural. la biblioteca de Harry Potter. No es verdad que aquí se rodase ninguna escena de la saga del aprendiz de mago, simplemente la tomó como modelo después de haber estado en ella a principios de los 90, pero la mayoría de los turistas cree lo contrario y la Lello e Irmao ya es el “monumento” más visitado de Oporto. En 2008, The Guardian la aupó como la tercera librería más bella del mundo, y Travel & Leisure la situó en el primer lugar de una lista de las 15 tiendas de libros mas cool del planeta. De dos mil a tres mil personas, la mayoría calzando pantalonetas (en verano) y con el móvil en ristre, pasan todos los días por este pequeño local de dos plantas. Cuando abre a las diez ya hay algún autocar esperando en la puerta de la rúa das Carmelitas, 144. Todos entran, se quedan boquiabiertos, fotografían (si es que a eso se puede llamar fotografiar) y gritan. Muy pocos compran. Los actuales propietarios del local, José Manuel Lello y el Dr. Pedro Pinto, han ideado un sistema disuasorio que ha empezado a funcionar el pasado jueves (23 de julio): Cobrar la entrada. Hay de dos tipos, de 3 euros para visitantes ocasionales con validez de un mes, y la tarjeta “Cartao Amigo” que cuesta 10 euros, sirve para un año y la pueden usar hasta cuatro miembros de una misma familia. Todas estas cantidades se descuentan si se compra algún libro, e incluso me han dicho que varios turistas pueden unir sus entradas para conseguir el descuento. Lello e Irmao es ya un mito. A todos los visitantes se les entrega un folleto en varios idiomas con las singularidades, la historia y un plano del local. Ya han quitado de la entrada el cartel que prohibía hacer fotos “Proibido tirar fotografias”, pero habría que saber cuantos amantes de la lectura han dejado de entrar espantados por el bullicio. Yo he entrado en plena “sesión turística” y enseguida he salido entristecido. De nuevo la eterna cuestión de la responsabilidad de los periodistas cuando divulgamos maravillas que dejan de serlo al saturarse de visitantes, viajeros, turistas. Y es que, se me olvidaba decirlo, aquí pasa lo que en todas partes. En Oporto cada vez tienen menos importancia sus siete puentes sobre el Duero; su barrio de la Ribeira y los paseos en barcos rabelos con una cerveza Super Bock en la mano; el viejo tranvía do Carmo; los cafés literaios de la Baixa, donde saben a gloria los “cimbalinos”; o un fado bien “tirado” en la Casa da Mariquinhas. Ahora lo importante, lo que importa, es que esta es la ciudad donde han fijado su nueva residencia Iker Casillas y Sara Carbonero. No quiero ni pensar qué puede pasar si se les ocurre acercarse a la Lello para comprar algún cuento para su hijo Martín, que ya tiene añito y medio.¡Ay Ganesa, señor de los viajeros! Volver
Dejar un comentario Aquí he buscado y encontrado esa novela de Saramago difícil de hallar en España antes de que le dieran el Nobel. O un raro libro sobre el puerto de Macao y sus juncos centenarios. Dicen que llegó a albergar más de 100.000 títulos diferentes y en varios idiomas. Y nada más salir de Lello, me he sentado a hojear el libro en la contigua Pastelería Bela Torre. Antero Braga, su anterior propietario, era un hombre de conversación fácil y amena y cuando había mucho barullo en la librería simplemente se salía del local para charlar con algún cliente. Y es que todo empezó cuando trascendió que J. K. Rowling se había inspirado en esta librería para recrear
delmo
Jul 27, 2015 @ 11:30:11
Una pena, Fernando.