El tren del vino
Estamos en tiempo de vendimia, quizás un poco adelantado por los calores del verano ya pasado. Una vendimia que se presenta prometedora en toda la península, también en el “Douro vinhateiro” que es, como su nombre indica, la zona del río Duero en Portugal dedicada al cultivo de la vid y la elaboración de los vinos de mesa y oportos. Paisaje estremecedor. Más de 40.000 ha. de viñedos plantados en unos 150 km. de escarpadas orillas, casi siempre en terrazas, con más de cien variedades de uvas que dan unos vinos espectaculares. Abruptos acantilados, ahora verdes y rojos, que caen al río cuyas aguas llegan a tener en algunos puntos 20 metros de profundidad. Aquí no hay carreteras que bordeen toda la ribera. La orografía lo hace imposible. Lo habitual es que el turista tome alguno de los diferenters cruceros fluviales, desde el más corto (poco más de una hora), que parte de y vuelve a Oporto, hasta el que dura ocho días y sube río arriba hasta la frontera con España, Douro Azul. Pero hay otra forma de transitarlo, a bordo del Comboio Histórico, un tren de época que recorre parte de los 203 km. que tiene la Línea Férrea del Duero entre Oporto y Pocinho. Este ferrocarril fue inaugurado en 1887 tras doce años de intenso trabajo y aún sigue en uso como transporte normal entre los pueblos. De la gran dificultad de su construcción dan fe sus 26 túneles y 30 puentes. El Histórico es la recuperación de un tren de principios del siglo XX, destinado al turismo. Se compone de cinco vagones de madera impulsados por una máquina de motor diesel de 1967. Es una lástima que hayan quitado la locomotora a vapor tradicional, que le daba un auténtico sabor histórico, pero los elevados costes, según unos, el peligro de incendio de la vegetación circundante, según otros, aconsejaron su sustitución. Sale el Comboio de la localidad de Peso da Régua a las 15:22 horas de todos los sábados entre el 13 de junio y el 31 de octubre, y regresa a la misma estación tres horas después. La marcha es lenta, no hay prisas, y las vistas a través de las ventanillas de la derecha (el convoy va por la margen derecha del río) son excepcionales. El Duero corre, aunque parezca detenido por las 5 esclusas construidas en la parte portuguesa, con una belleza impresionante en su verdor a ratos amarillento, a ratos amarronado, azulado, tornasol… El Comboio hace dos paradas, una en Pinhao, cuya estación cuenta con unos extraordinarios azulejos con escenas locales del siglo XIX, realizados en 1937 por el pintor ceramista J. Oliveira, y otra en Tua, a menos de 50 km. de la salida, donde se pueden comprar productos típicos de la región, sobre todo dulces. En Tua la máquina cambia al otro extremo del convoy y se regresa a Régua. Tres horas amenizadas por un grupo de folclore local (“Adeus ó pedra redonda, onde se sentam as moças para ver passar a ronda”) y con la degustación de una copita de oporto, claro está, y algún caramelo local. El éxito de este tren histórico es tal, que suele ir lleno y hay que reservar con antelación. Este año todavía estamos a tiempo (cohistorico@cp.pt), 35€ los adultos y 15€ los menores de 12 años. El año pasado viajaron 3.416 personas, 744 más que en 2013, de las que el 25% eran extranjeros. VolverDejar un comentario
Fotos: Pilar Arcos
Más información: Turismo de Portugal