El secreto mejor guardado de Toledo

Plaza de San Agustín (Foto: P. Arcos)

Plaza de San Agustín (Foto: P. Arcos)

Después de una horita en coche por la A42 (72 km.) llegamos a Toledo desde Madrid. Nada más pasar la Puerta Bisagra, y sin meternos en el casco histórico, aparcamos en el parking subterráneo “El Miradero” y subimos en ascensor. Muy cerca está la plaza de Zocodover, corazón de Toledo, y por la calle Sillería, enseguida llegamos a la Plaza de San Agustín.

Allí está el que puede que sea el secreto mejor guardado de la Ciudad Imperial. Porque si este recorrido es muy sencillo, hay que conocerlo. Por la Plaza de San Agustín no se pasa sin querer, por casualidad, hay que ir a propósito.

Luz y diseño en el Mercado de San Agustín. (Foto: P. Arcos)

Luz y diseño en el Mercado de San Agustín. (Foto: P. Arcos)

Y allí mismo, en el número uno de la Cuesta del Águila está el Mercado de San Agustín, el Gastrozoco de Toledo, como se conoce popularmente, que ocupa lo que hasta hace menos de un año ocupase una casona señorial.

El Entierro del Conde Orgaz en damasquinado. (Foto: P. Arcos)

El Entierro del Conde Orgaz en damasquinado. (Foto: P. Arcos)

Pese a la crisis, Toledo ha tenido en los últimos años un gran avance turístico. A ello contribuyó sin duda la celebración el año pasado del cuarto centenario de la muerte de El Greco. Efeméride que estuvo arropada por muchos y significativos acontecimientos, como el “Toledo Time Capsule”, un espectáculo multisensorial con el que Toledo recordó la convivencia de las tres culturas que cohabitaron en esta ciudad durante el Siglo de Oro.

El aumento de las visitas turísticas ha quedado reflejado en las 54.127 pernoctaciones registradas el pasado mes de enero, un 20% más que en enero de 2014. Y aunque por su proximidad a Madrid la mayoría de los turistas no hacen noche en Toledo, también en el último enero pasaron por allí 33.892 visitantes más, un aumento del 13,5%.

Repostería de Paco Terreblanca. (Foto: P. Arcos)

Repostería de Paco Terreblanca. (Foto: P. Arcos)

Fue precisamente en julio de 2014 cuando se inauguró el Mercado de San Agustín, un espacio único lleno de color en un edificio vanguardista y respetuoso con su entorno. Su novedosa distribución hace que todos los niveles sean visibles desde la mayoría de los lugares del edificio y que todos ellos gocen de luz natural.

El Gastrozoco ha sido definido como una calle vertical con un jardín interior de más de 50 m², el más grande de España.

En cinco pisos y 1.400 m², acoge 23 puestos gourmet con todo tipo de productos artesanales, dese el café y el pan, hasta quesos, pescados, frutas, verduras, dulces… Pero todo dispuesto en modernos gastrobares para su degustación inmediata.

Durante las obras de construcción de los cimientos se encontraron unos restos medievales y cuatro aljibes romanos que se han respetado e integrado en el proyecto. Allí están en una amplia cava de vinos de 320 m², una de las zonas de tapas.

Santo Café en la planta baja. (Foto: P. Arcos)

Santo Café en la planta baja. (Foto: P. Arcos)

La planta baja, al nivel de la entrada, alberga una cafetería (Santo Café), panadería, puesto de flores, productos gourmet y pastelería. En la Esquina de los Quesos, José Luis Martín, uno de los especialistas más acreditados de España, reúne la flor y nata de los quesos tanto del país como extranjeros. En la zona de postres el maestro Paco Torreblanca, único español nombrado “mejor repostero de Europa”, dispone sus tentaciones que entran tanto por los ojos como por el paladar.

En la primera planta, punto de encuentro del mercado, están las parrillas y cervecerías. Desde hamburguesas de ciervo de los Montes de Toledo hasta percebes recién llegados de El Ferrol.

Mesa del Musakaya en un mirador. (Foto: P. Arcos)

Mesa del Musakaya en un mirador. (Foto: P. Arcos)

Y en la segunda planta llegamos al sanctasanctórum del edificio, el Restaurante Taberna Musakaya, en el que el chef argentino Javier Brichetto recoge la tradición de los mejores platos japoneses y peruanos y los funde en exquisitas y novedosas tapas. Asia y América Latina en pequeñas pero intensas dosis.

Javier Brichetto y la sala del Musakaya. (Foto: P. Arcos)

Javier Brichetto y la sala del Musakaya. (Foto: P. Arcos)

Brichetto fue ganador de la mejor tapa tradicional en el Concurso de Pinchos y Tapas de Valladolid en 2012 con su cocido en dos bocados, y en 2014, en el mismo certamen, obtuvo el premio a la tapa más vanguardista con su afamado choripán. Con ellos son ya siete los galardones taperos que ha conseguido en España.

Espaguetis negros de sepia con ajetes y katsuobushi. (Foto: P. Arcos)

Espaguetis negros de sepia con ajetes y katsuobushi. (Foto: P. Arcos)

El choripán alterna en sus informales mesas con un tataki de pez mantequilla con salsa de anticuchos o un excelente wok de espaguetis negros de sepia con ajetes y katsuobushi (láminas de atún seco).

La maestría de Brichetto en el manejo del fuego hace que su rollito crujiente de rabo de toro sea una (otra) delicia.

Jardín vertical en el patio central. (Foto: P. Arcos)

Jardín vertical en el patio central. (Foto: P. Arcos)

En la terraza encontramos un bar coctelería con un espacio chill out dividido en una zona interior y otra al aire libre. Aquí el colectivo Boa Mistura deja bien claro que el graffiti es auténtico arte cuando quienes lo hacen son auténticos artistas. Para este mercado ha realizado un jardín vertical que recorre el patio interior y los murales de la terraza.

Salimos del Mercado de San Agustín satisfechos y convencidos de que en breve podría convertirse en un referente gastronómico de Toledo, siempre y cuando se le de mayor publicidad y no se espere simplemente a que el turista acierte a pasar por allí por casualidad.
Mercado de San Agustín
Cuesta del Águila 1 y 3, 45001. Toledo

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1 comentario (+¿añadir los tuyos?)

  1. delmo
    Abr 28, 2015 @ 08:02:06

    Estoy de acuerdo, Fernando, es una pena que no se dé más publicidad a este emplazamiento gastronómico, comparable a los que ya existen en otras ciudades españolas –San Miguel en Madrid y el Born en Barcelona, son claros ejemplos. A mí, particularmente el Gastrozoco me parece un espacio más que interesante:
    su jardín vertical lo hace especial.

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