Mamporros olímpicos

Combate medieval 01Un amplio rectángulo delimitado con vallas de madera y balas de paja marca en el patio de armas el terreno de combate al que saltan los luchadores. Todos llevan armaduras de muy diferentes formas, todos tienen un aspecto temible.
Alguien lanza el grito de guerra de los almogávares: “¡Desperta Ferro!” (¡Despierta Hierro!) y el resto contesta a coro con un desafiante “¡Aur, aur, aur!”, mientras hace restallar sus armas contra el suelo de gravilla. El rugido de las tropas de choque que lucharon en la Reconquista contra los musulmanes sirve en el siglo XXI para darse ánimos la Selección Española de Combate Medieval.
Estamos en el castillo de Belmonte, provincia de Cuenca, muy cerca de la de Albacete. Tierras de molinos y vides en la DO «La Mancha», a 150 km. de Madrid. Aquí nos han convocado para que veamos esta “nueva” modalidad de combate con más de ocho siglos de historia.
Combate medieval 02Y es que del 1 al 4 de mayo, en las explanadas que rodean a esta fortaleza del s. XV, excelentemente restaurada, se va a celebrar el Campeonato Mundial de este deporte, todavía no olímpico, pero que aspira a serlo. Se darán cita en el certamen más de 500 luchadores procedentes de 17 países. Además de los torneos, y en torno a ellos, habrá actuaciones y mercadillos medievales, lo que dará un nuevo ímpetu turístico al castillo, propiedad particular la Casa Ducal de Peñaranda y Condes del Montijo, a Belmonte y a su comarca.
Cristian Bernal capitanea una selección de 20 personas escogidas entre los 40 luchadores, hombres y mujeres, que practican en nuestro país este ejercicio de contacto. “Comenzamos nuestra andadura -nos cuenta Bernal- siendo un grupo pequeño que, poco a poco, se va ampliando. Nuestro objetivo actual es crear clubes por toda la geografía española y hacer campeonatos a partir de septiembre”. Pese a su corta trayectoria (la reaparición de esta actividad tuvo lugar en Rusia hace solo unos veinte años) el equipo español ya ha participado en torneos en Francia, Alemania, Polonia, Inglaterra, Israel e Italia.
“El objetivo de este deporte es hacer que el rival toque el suelo, por lo que no sólo la fuerza es importante, también la técnica y la estrategia. Por ello, se necesita coraje, sacrificio, seriedad, compañerismo y superación”, afirma Bernal.
Combate medieval 03Uno contra uno, cinco contra cinco o dieciséis contra dieciséis, los luchadores saltan al cuadrilátero cargados con sus armaduras, que llegan a pesar hasta 30 kilos, y sus armas: espadas, mazas, hachas, escudos. Macizos, pesados, enérgicos, avanzan contra el oponente y le sueltan todos los mamporros que pueden. Las limitaciones son muy pocas y un juez es el encargado de hacer que se cumplan. El que cae, pierde, y además tiene que ser ayudado a levantarse pues con tanta impedimenta no lo puede hacer por sí mismo. Es evidente que hay estrategia para hacer caer al oponente y a la vez no ser derribado, pero lo que más destaca es la contundencia de los golpes, la dureza de un espectáculo en el que no hay fingimiento, y en el que también participan mujeres luchando entre ellas. Volver
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Medieval Combat
Castillo de Belmonte

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