“En Jordania los turistas son huéspedes”

Turistas y locales en el Siq (Cañón) que da entrada a Petra. Foto: Pilar Arcos

Turistas y locales en el Siq (Cañón) que da entrada a Petra.
Foto: Pilar Arcos

A punto de coger el vuelo de la Royal Jordanian que me iba a llevar de Madrid a Amán, me llama mi hija Ana para comunicarme que un avión que volaba a Düsseldorf se había estrellado en los Alpes. Google por medio, me entero de lo que se sabía hasta ese momento. Se lo cuento a mis compañeros de viaje y la noticia cae como una bomba.

Ya en el finger les digo lo que se dice siempre en estos casos, que estadísticamente es casi imposible que hoy haya otro accidente de esa magnitud. Me miran incrédulos. La verdad es que ni yo me lo creo. Mentiras piadosas.

Malas noticias para los viajes en avión, y por tanto para el turismo. Últimamente parece que a los turistas nos haya mirado un tuerto… claro que ya se sabe aquello de que “no news is good news” y viceversa, que las buenas noticias no son noticias, no se difunden. Y que los vocingleros solo hablan de lo malo.

Amán desde la Ciudadela. Foto: Pilar Arcos

Amán desde la Ciudadela. Foto: Pilar Arcos

Las autoridades jordanas son conscientes del problema general como país turístico y del particular que les afecta al estar en el Oriente Próximo. Y se han lanzado a una campaña de información para tratar de eliminar temores. Este viaje, organizado por la Jordan Tourism Board (JTB), forma parte de ella.

Amán nos recibe como siempre desde hace siglos: tranquila, cálida, bulliciosa, con un halo de misterio de las Mil y Una Noches, entre las volutas del humo del narguilé, que aquí llaman shisha.

La reina Rania dialoga con los periodistas españoles. Fotos: Pilar Arcos

La reina Rania dialoga con los periodistas españoles. Fotos: Pilar Arcos

Al día siguiente nos recibe la reina Rania, guapa, glamourosa y mediática como nadie. Su sola presencia congrega a la prensa de todo tipo, desde la del corazón a la política. Somos 175 periodistas de todo el mundo especializados en viajes y turismo, invitados a recorrer el país para comprobar que está tranquilo. En efecto, más allá de las visitas programadas, y por lo tanto preparadas, atadas y bien atadas, hemos paseado a nuestro aire, sin acompañantes, durante una semana por Amán, Gerasa, Petra, el desierto de Wadi Musa, el Mar Muerto,… y ni el más mínimo atisbo de inseguridad. Todo lo contrario, amabilidad, hospitalidad, sonrisas…

Turistas

Turistas en la ciudad romana de Gerasa. Foto: Pilar Arcos

A la recepción, que tiene lugar en el flamante Real Museo del Automóvil (no me preguntéis por qué), asisten el ministro de Turismo y Antigüedades, Nayef Al Fayez, y el director general JTB, Abed Al Razzaq Arabiyat. Antes de que llegue la reina hay tiempo para la confraternización internacional. Con unos periodistas chinos de Shanghái a los que les cuesta algo hablar en putonghua (mandarín); con otro de Qatar que viste la tradicional dishdasha y con quien he congeniado desde el primer momento, a pesar de que, para chinchar, le he dicho que soy del Madrid; también con un francés que solo quiere ver a Rania y en cuanto lo haga se vuelve a París…

Por fin aparece la real anfitriona, deslumbrante como siempre, piel tersa, sonrisa ancha, con un aire familiar para nosotros. Sin protocolos y rodeada por la canallesca periodística coge un micrófono y nos habla de la hospitalidad de su país, de la calidez de sus gentes. “En Jordania -dice- los turistas no son solo fuente de dinero, son nuestros huéspedes… Tenemos una expresión en árabe que dice ‘Mi casa es tu casa’”.

Concurrida intervención de la reina Rania ante los periodistas. Fotos Pilar Arcos

Concurrida intervención de la reina Rania ante los periodistas. Fotos Pilar Arcos

En una frase, Rania describe lo que es (debiera de ser) el turismo: “Visitar un país diferente no es sólo una oportunidad para abrir los ojos a nuevos lugares, también para abrir la mente a nuevas personas”. Y continúa “Los viajeros son los mejores embajadores de la tolerancia” por lo que pueden disipar los estereotipos actuales de árabes y musulmanes, “especialmente en los tiempos que corren”. En este sentido se refirió a unas palabras de su esposo, el rey Abdalá II, pronunciadas hace unos años, con las que describía de forma muy visual a Jordania como un lugar “atrapado entre la espada y la pared”. Y aseguró que este país es un “oasis” gracias a la idiosincrasia de su pueblo, a “su calidez, que creo que ya conocen”.

Señaló que los viajeros “son los mejores contadores de historias” y nos animó a los periodistas viajeros allí presentes (doblemente contadores de historias) a compartir las nuestras sobre Jordania con el mundo entero y decirle que es un país “seguro, cálido y acogedor”.

Haciendo nuevas amistades. Con Ahmad Aljehani de Qatar. Foto: Pilar Arcos

Haciendo nuevas amistades. Con Ahmad Aljehani de Qatar. Foto: Pilar Arcos

No se si la reina me miraba en ese momento (vanitas vanitatis) o si lo hacía al fotógrafo oficial, que tampoco está manco, pero dijo: “Una cosa es segura, no visite Jordania si lo que quiere es bajar de peso. Por todas partes le van a invitar a comer, a compartir la comida”.

Después de las palabras oficiales, Rania fue grupo por grupo a saludar a los periodistas. En un corrillo con los 9 españoles presentes se interesó por nuestras impresiones sobre el país y comentó preocupada la tragedia de los Alpes. La cámara de Pilar echaba humo. Volver
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2 comentarios (+¿añadir los tuyos?)

  1. Joaquín
    Abr 06, 2015 @ 18:17:18

    Muy interesante Fernando. da gusto leerte.
    Un abrazo,
    Joaquín

    Responder

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