Siempre que he ido a alguno de los antiguos países de la órbita soviética, lo he hecho vía Moscú porque había más conexiones. Ahora he viajado a Uzbekistán y como no corren buenos tiempos para la lírica rusa me recomendaron que lo hiciera vía Estambul. Dicho y hecho. Hacía años que no volvía a la ciudad turca y no conocía su nuevo aeropuerto. Es impresionante.
Acabábamos de hacer un vuelo desde Madrid (algo más de 4 horas) y nos quedaba hacer otro hasta Samarcanda (4 horas y media). Entre uno y otro, una escala de 4 horas y cuarto en el aeropuerto. Dimos una vuelta, ¡será por tiempo! Lo primero que nos llamó la atención es su amplitud y nada más subir unas largas escaleras mecánicas vimos un espacio delimitado por mamparas de cristal bajo el letrero “IGA Sleepod”.
Perfectamente alineados yacían 25 artilugios ovoides de color azul metálico sobre moqueta gris marengo. Eran camas-cápsulas con techo retráctil que sirven para dormir o simplemente descansar mientras se espera que llegue la hora del vuelo. Cuentan con aire acondicionado interno, manta, sábana, almohada, puerto USB para cargar dispositivos electrónicos, monitor de información de vuelo y espacio bajo el colchón para guardar el equipaje de mano.
Por 15€ la hora, de 7:00 am a 7:00 pm, o por 20€, de 19:00 a 7:00, el viajero puede disponer de su propio nicho en la terminal de Salidas Internacionales cerca de las puertas C,D y E y junto a una zona duty free. Más que el precio, el yuyu que da la visión de este campo de camas hace que muchos viajeros rechacen su utilización. Es verdad que en el aeropuerto de Miami o en el de Bangkok, por citar dos que conozco, hay también camas nicho, pero en ambos casos se parecen más a los kapuseru hoteru (hoteles cápsula) de Japón que a túmulos espaciales. Me dicen que en el John F. Kennedy de Nueva York las hay parecidas a las de Estambul, pero no las he visto. En cualquier caso, los claustrofóbicos deben abstenerse.
El Istanbul International Airport (IST) pugna con el de Pekín, Beijing Daxing International Airport (PKX), por ser el más grande del mundo. El turco abrió sus puertas en 2019 y ocupa una superficie de 76,5 millones de m² aunque aún no estará completamente activo hasta 2028. Su capacidad es de 90 millones de pasajeros anuales con posibilidad de ampliarse hasta los 200 millones. En total tendrá seis pistas y cuatro terminales de las que hoy solo una es operativa.
El IST tiene la segunda mayor conectividad de cualquier aeropuerto del mundo, con vuelos a 330 destinos de más de 120 países. Posee la tienda duty free más grande, 53.000 m² dedicados a las compras y un amplia área de restauración (comidas y bebidas) de 32.000 m².