Bajo el lema «Vive el doble», las marcas «Costa Brava» y «Pirineo de Girona» han unido sinergias para promocionar tanto la costa como el interior de Girona. Y para darlo a conocer en la capital al socaire de Madrid Fusión nos ha reunido a un grupo de periodistas gastrónomos y de turismo (que hoy viene a ser lo mismo) en el Kitchen Club de la calle General Pardiñas. También había creadores de contenido.
La oferta cultural, de naturaleza y gastronomía del Pirineo de Girona fue presentada través de un vídeo que describe un viaje por el Pirineo más mediterráneo, así como las novedades para la temporada de primavera-verano 2022. Un recorrido planteado en cuatro etapas: desde la cota cero del cabo de Creus (“El mar de los Pirineos”), hasta la Cerdanya (“Las cumbres más mediterráneas”), atravesando la Garrotxa (“Paisaje volcánico”) y los valles del Ripollès (“Valles llenos de tradición”).
El colofón lo puso un menú especial denominado “Esmorzar de forquilla (Almuerzo de tenedor), de paisajes y alturas del Pirineo de Girona” elaborado con productos del sello de calidad agroalimentaria Girona Excel-lent, a cargo del chef Pep Nogué, “gastrònom garrotxí” co-fundador del Culinary Institute of Barcelona, quien contó con la colaboración de Toni Izquierdo, chef jefe (curiosa redundancia) en el Mas dels Arcs de Palamós, co-fundador y ex-presidente de la Asociación Gastronómica “La Cuina de l’Empordanet”.
Al acto asistieron Jordi Masquef, vicepresidente segundo del Patronato de Turismo Costa Brava Girona , Jordi Camps, diputado de Promoción y Desarrollo Económico Local y de Girona Excelente y Anna Cuadrat, responsable de Turismo Enogastronómico del Patronato de Turismo Costa Brava Girona.
Empezó con un cóctel a base de fuet dulce y longaniza de Can Pelai, quesos de Girona Excel-lent y foie gras Celler Coll Verd.
Ya en la mesa se sirvió un menú de cuatro pasos a cual más poético. El primero, con el título de “El mar de los Pirineos” se componía de lubina salvaje en escabeche de AOVE Mas Auró y manzana de Girona; arroz molí de Pals con gamba roja del Cap de Creus y su carpaccio, con algunas de las últimas trufas negras de la temporada.
“Paisaje volcánico”: alubias de Santa Pau DOP con corzo desmigajado.
“Valles llenos de tradición”: potro con queso de pastor Puigpedrós de Molí de Ger y una salsa que recordaba a la de las carrilleras.
“Las cumbres más mediterráneas”: recuit de drap (a caballo entre la cuajada y el requesón) con miel de tilo del Pirineo de Girona y avellanas garrapiñadas.
Y un delicioso Xuixo (bartolillo de crema en forma de canutillo típico de Girona) con jarabe de ratafía.
Las bebidas, a la altura de los sólidos fueron cerveza Minera Gold Rush; vino Blanc de Gerisena 2019, Celler Gerisena, DO Empordà; tinto Camí de Cormes 2017, Celler Roig Parals, DO Empordà y Ratafía (licor de hierbas) L’Empordanesa.
Todo tan bueno que debía ser pecado.